Si este poemario fuera una escultura, no hubiera podido esculpirla otra artista que Camille Claudel, por su tenacidad en el grito acallado, por la resistencia oculta que desvela inextricable denuedo mediante el barro o el bronce, el mármol o la madera.
"La poesía es como el amor, más aún, es el amor", escribe Gloria Chávez-Vásquez. Y con amor evidente ha escrito a no dudar los poemas que hoy se recogen en este libro, testimonio de una tarea poética construida en silencio, pero de modo irrenunciable y paciente.
Se trata de una colección de relatos solidarios con un mundo que vive y sobrevive en tiempo de pandemia y un homenaje al espíritu colectivo de las vidas truncadas por el virus.